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lunes, 23 de febrero de 2015

Los abuelos y las mascotas


Hace pocos días estuve de vacaciones en mi país y tuve la gran suerte de reencontrarme con mis seres queridos. Pude abrazarlos y trasmitirles todo mi amor. 
El día que vi a mi abuelita "MEÑA" mi corazón latía fuertemente, volví a sentir su dulce aroma, disfrute de su compañía, escuché sus historias, sentí su ternura y me contagié de su vitalidad.
Dedico mi historia a ella. A quien se merece todo el amor del mundo y a quien le agradezco toda 
la entrega, cariño y cuidados que a lo largo de su vida siempre me ha ofrecido.


Psicólogos y especialistas en la materia acostumbran a hablar de lo complicado que puede ser, para las personas mayores, soportar el síndrome del nido vacío.
Son muchos los sentimientos que empiezan a aparecer y, más aún, cuando el papá o la mamá quedan solos, después de enviudar.
La soledad de los abuelos, en algunos casos, puede ser muy complicada de digerir.
Es por esta razón que la compañía de una mascota que le proporcione afecto y felicidad puede ser la solución. Ellos llegan a ser amigos incondicionales para sobrellevar la soledad y seguir disfrutando la vida disminuyendo la tristeza.
Muchos estudios a lo largo de los años prueban que las personas que poseen mascotas viven más tiempo y su calidad de vida mejora sorprendentemente.
Estar al cuidado de un animal de compañía supone una serie de compromisos. Se deben sacar a pasear, alimentarlos, llevarlos al veterinario, a la peluquería, etc. Esto hace que se salga de una vida monótona y se ocupe la mente.


Los perros son un excelente estimulo para la realización de ejercicio físico. El saber que hay que dedicarles tiempo exige una disciplina y un cumplimiento de horario. Esto es muy bueno tanto para la salud como para el bienestar psicológico.
Los amigos de cuatro patas animan la vida de los ancianos y los compromete a cuidarse.  
Se ha comprobado que cuando llega un perro a la vida de un anciano mejora el carácter y se recupera la ilusión de la vida.
Estas preciosas mascotas son un antídoto contra la soledad no deseada ya que tienen la fuerza de ocupar ese vacío que muchas veces es tan difícil para las personas llenar.
El sentimiento de dejar de ser útiles a la sociedad causa un inmenso vacío que afecta a las personas.
Los perritos, por sus cuidados y atenciones, pasan a ocupar un lugar muy importante en sus vidas y compensan esa sensación
Cuando hay una mascota en la vida de una persona de la tercera edad surge el efecto socializador.


Cuando hay una salida a un parque o a la calle es fácil entablar conversaciones aún con gente que ni tan siquiera conocen. Es una manera de no quedarse encerrados en la casa y tener la excusa de salir un rato a pasearlo. 
En algunos casos mantener una rutina diaria es muy difícil en la tercera edad, con lo cual se puede empezar a sentir algo de depresión. Si es el caso de que el anciano tenga algún problema en su movilidad y no puede sacar a su mascota a pasear (así sea paseos cortos) lo mejor es pensar en otro tipo de mascota: Un gato.
Siempre se ha dicho que el "perro es el mejor amigo del hombre", pero al parecer no es el único. Los gatos también aportan lo suyo.
Las mascotas en general enseñan a aceptarnos tan cual somos. 
El estar cerca de una mascota reduce la tensión y el estrés. La compañía de un perro produce una disminución de la ansiedad.
Ofrecen compañía, aumentan el auto estima, estimulan la responsabilidad, enseñan respeto por la convivencia, producen relajación por tacto y mejoran la sensibilidad y comunicación. 
Mejoran el equilibrio emocional de las personas y su sensación de seguridad personal.


Contribuyen a mejorar enfermedades como las depresiones, las psicosis, el alcoholismo, trastornos emocionales, miedos, etc.
Para las personas nerviosas es ideal ya que frenan los sentimientos negativos y abren la puerta a los positivos.
Lo importante es estar acompañados, y para eso nada mejor que contar con una mascota en el hogar.
La sola presencia de un perro o un gato convierte el hogar en un lugar alegre, acogedor y aporta esta etapa de la vida optimismo y salud.
El simple acto de acariciar un animal y sentir sus mimos, es una fuerte herramienta contra los estados depresivos.
Imaginemos por un solo instante lo lindo que puede ser para una persona que después de toda una vida se ha quedado sola, tener una mascota que le haga olvidar sus pesares y llevar sus días con alegría.
Mi gran consejo, como amante de los animales, sugerir a sus abuelitos tener mascotas.
Recuerden no comprar, sino ADOPTAR.
No todas las personas tienen la suerte de conocer lo maravilloso que produce en uno mismo la compañía de un perro o un gato.

Besos y abrazos y hasta la próxima :)




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